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Blockchain ideológico

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El concepto blockchain está últimamente mal visto, asociado a los dudosos proyectos de criptomonedas que se asemejan mucho a un esquema piramidal. Esquema que se mueve por el lema de “tonto el último”. Cuando la pirámide está en pleno apogeo, los inteligentes, los avispados, los listos de la clase son los primeros que se dan cuenta del potencial y entran.

Y curiosamente el mismo lema es valido cuando la pirámide colapsa, “tonto el último” pues son los últimos en darse cuenta de que han estado adorando al dios equivocado y pagarán cara su blasfemia, tan cara como el trabajo que les costó ganarse el precio del ticket de entrada a la cripto fiesta.

Pero éste articulo no es una critica a las inversiones “alternativas”. Aunque la tecnología blockchain se ha estado utilizando para especular y financiar proyectos con más o menos buenas intenciones. La base del sistema de cadena de bloques no es mas que la idea de una base de datos distribuida lo que a efectos prácticos la hace imposible de manipular.

En una aplicación corriente la base de datos está en manos de una entidad dueña de la aplicación. Puede haber varias copias de seguridad, pero la información está en unas manos determinadas que tendrían poder absoluto sobre ella. Al estar centralizada la información si alguien con malas intenciones tuviera acceso a ella podría manipularla a su antojo. El acceso a la base de datos te convierte en dueño de la verdad, pues en un sistema centralizado solo hay una fuente de datos y por tanto de verdad.

En una base de datos distribuida mediante tecnología blockchain, la información está en cientos o miles de nodos. Una vez añadido el dato no se puede modificar. Para añadir datos se utiliza un sistema de consenso entre los nodos. De modo que quien quiera manipular la información deberá tener acceso simultáneamente a más de la mitad de los nodos. En un sistema formado por 1000 nodos o bases de datos distribuidas implicaría tener el control de más de 500, para que la mayoría aceptara como valida la información que se intenta manipular.

A todo esto hay que sumarle la característica de cadena. Blockchain o cadena de bloques hace referencia a cómo se almacena la información. Al igual que una cadena está formada por eslabones, en blockchain la cadena está formada por bloques de datos, que son verificados por los nodos cuyo consenso hace que se acepte como verdadera la información y se agregue a la cadena un nuevo bloque de datos.

Los bloques se van agregando secuencialmente, previa validación de los nodos. Y estos bloques guardan una relación ordenada, esto implica que si alguien quiere manipular un bloque de dato en mitad de la cadena tendría que manipular toda la cadena a partir del bloque que quiere manipular. Lo cual complica aun más la maligna labor.

La seguridad de las bases de datos distribuidas reside en la dificultad a realizar un ataque simultáneo y en que manipular un dato puede implicar tener que manipular gran parte de la cadena, lo cual es aun más costoso.

Básicamente es un sistema que garantiza que la información no es manipulable, otro tema es el valor o utilidad que tenga esa información.

Pues bien, después de este rollo tecnológico para introducir el tema que traigo hoy, puedo proceder a explicar el título. Quería hacer una reflexion acerca de cómo utilizar el concepto de base de datos distribuidas para evitar la manipulación de las ideas.

En estos días donde la manipulación informativa está a la orden del día con la facilidad para transmitir información intencionadamente procesada, sería buena practica distribuir las ideas.

Por hacer un símil, los lideres que distribuyen las ideas serían las bases de datos. Si se concentran unos ideales justo en una persona pero esas ideas molestan a quien tiene poder, entonces derribando mediáticamente a esta podrá hacer que desaparezcan esas ideas y se impongan otras.

Quien controla la información controla la verdad, a esta verdad no se la cuestiona por mucho que no sea lógica racional, la verdad es verdad y punto.

Pero si esas mismas ideas se distribuyen entre varios líderes, los poderosos que intenten derivarlas podrán con algunos nodos pero no todos, no se podrán eliminar las ideas pues se almacenarán en otros nodos, en otros líderes que las distribuirán.

Aunque en la practica los consumidores de ideas tienen la necesidad de identificar el origen para darle veracidad, más que confirmar lógicamente la idea en sí. Es decir un sistema con varios líderes resultaría confuso pues solemos confiar en líderes y no en las propias ideas.

Nos da tranquilidad tener un solo líder en el que hacer foco en lugar de varios, nos da seguridad saber donde mirar. Tendemos a buscar “lo mejor” y si hay varios líderes nos volvemos locos buscando la mejor opción, aunque a veces la mejor opción pueda ser diversificar.

Sería lógico darle preferencia a las ideas, pues a diferencia de los líderes, las ideas son indestructibles. Aunque la realidad es que sería una utopía situar las ideas por delante de los líderes que las difunden. En una sociedad puramente racional y analítica las ideas serían el centro, pero somos humanos y nos guiamos por los sentimientos.

El receptor de sentimientos es la primera capa de contacto con las ideas y es tambien nuestra parte más humana. Tras este primer contacto se procesan las ideas en nuestra parte racional, la que se asemeja a una fría maquina. A veces las ideas no llegan a procesarse por la razón pues han sido rechazadas por el primer filtro emocional.

Hay que tener en cuenta que el sistema distribuido no es perfecto, falla cuando no le hacemos un seguimiento y dejamos que varios nodos corruptos se hagan con gran parte de la red. En este supuesto sí derribamos un nodo corrupto quedarán otros mucho emitiendo ideas corrompidas. Si un líder es corrupto y transmite ideas malintencionadas, al caer éste nodo las ideas dañinas no caerán con él, pues existen varios nodos corruptos distribuidos.

Como humanos estamos afectados por el sesgo de confirmación, esto quiere decir que ante una nueva idea tendemos a dar por validas las ideas que refuerzan a las que ya tenemos en mente, pues nos confirman que estamos acertados en nuestros planteamientos. Y somos unos yonquis de la validación, nos encanta confirmar que tenemos razón. Por contra las nuevas ideas que choquen con las que tenemos establecidas nos generarán rechazo, pues no hay nada más doloroso para nuestro orgullo que admitir la posibilidad de que estamos equivocados.

Este sesgo de confirmación es la razón por la cual si acusan de corrupto a un político con el que simpatizamos creemos que es una conspiración en su contra, sin embargo si los medios acusan al político contrario a nuestra ideología pensaremos “siempre supe que era corrupto” sin darle el beneficio de la duda.

Los nodos de información distribuida tienen su lado positivo al evitar que alguien se adueñe de la verdad y su lado más dañino si dejamos que se corrompa hasta que perdamos el control y no podamos diferenciar entre realidad y verdad impuesta. De ahi nuestra responsabilidad de estar atentos y evitar que se hagan con la red quienes quieren utilizar el sistema para transformar la realidad e imponer su verdad.

Distribuyendo …