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Lectura como forma de vencer la resistencia estática

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Hoy traigo una reflexión con un toque de ciencia y biblioteca. Para los que habéis estudiado algo de física, ya sabéis que es el coeficiente de rozamiento estático, para los demás, lo explico.

Cuando un cuerpo desliza sobre una superficie, por muy lisa que esta parezca, a nivel microscópico tiene ciertas rugosidades que generan resistencia al deslizamiento.

Se generan dos fuerzas que se oponen al deslizamiento, estas dos fuerzas son proporcionales a un llamado coeficiente de rozamiento, cuyo valor depende del tipo de material de la superficie y del cuerpo.

La fuerza o resistencia de rozamiento estática, es la fuerza que hay que vencer cuando el cuerpo está completamente parado para que este inicie el movimiento.

La fuerza o resistencia de rozamiento dinámica, es la resistencia que el cuerpo tiene que vencer para continuar deslizando y seguir moviéndose, cuando ya está en movimiento.

La resistencia estática siempre será mayor que la resistencia dinámica.

Es más difícil empezar a moverse, que mantener el movimiento.

Lo más difícil es ese empujoncito inicial, una vez empezado el movimiento, necesitaremos igualmente seguir venciendo la resistencia dinámica pero esta será menor.

También notar que los coeficientes de resistencia tanto dinámico como estático dependen del tipo de material, para seguir con el símil, dependen del tipo de persona que va a iniciar el movimiento.

Pero independientemente del tipo de material del que estemos hechos lo más difícil es vencer la resistencia estática.

La resistencia estática, se vence con ese empujoncito que necesitamos para atrevernos a hacer algo que nos da miedo hacer, por incertidumbre, por vergüenza, por falta de confianza, o por lo que sea.

Por otra parte la resistencia dinámica sería todos esos obstáculos que nos encontramos una vez iniciado nuestro camino.

Quiero reflexionar sobre ese poder de darnos el empujoncito inicial que tiene la lectura, sobre la lectura como medio para vencer la resistencia estática, la resistencia al cambio.

La lectura tiene ese poder, el de cambiar tu punto de vista, abrirte horizontes que no serías capaz de ver por ti solo, y darte la motivación inicial que necesitas para atreverte.

Existen otras fuentes de fuerza de inspiración y motivación, como una buena charla con un buen amigo o familiar cercano, un hermano, una madre, pueden ser muy inspiradores, lo sé. También ocurren sucesos en la vida que te marcan, te hacen replanteártelo todo y te obligan a armarte con la fuerza necesaria.

Existen muchas fuentes para vencer la resistencia estática y empezar el movimiento, aunque infravaloramos en muchas ocasiones el poder de la lectura. La lectura me ha ayudado a vencer esa resistencia, ya sea cuando he encontrado un post inspirador en algún blog o un buen libro que me dio el conocimiento que necesitaba para saber por donde empezar. Eso si, después siempre hay que continuar con el movimiento, esto es vencer la resistencia de rozamiento dinámica.

Otra ventaja de leer, es que te pone en contacto con las ideas de grandes personas que están fuera de tu círculo, que no podrías alcanzar de otra manera, puedes absorber ideas, reflexiones y experiencias que te serían prácticamente imposibles obtener en persona.

Con la lectura, está al alcance de nuestras manos conocer todos los errores y aciertos de grandes personas de la humanidad o de personas más «normales». Podemos absorber toda una vida de experiencia que queda recogida en un libro, en nuestras manos.

Pocas cosas tan sencillas son capaces de aportarnos tanto, leer nos permite meternos en la mente de un autor, sin necesidad de estar en contacto físicamente con él.

El poder de obtener un conocimiento enorme de sus experiencias, de absorber sus reflexiones y pensamientos más profundos.

Esto es una fuente de inspiración enorme que nos alimenta y ayuda a vencer esa resistencia estática, y por eso la lectura es clave para iniciar el movimiento.

Leyendo…